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Bajemos un cambio

Estimado señor:

Me atrevo a tomarme la libertad, después de este tiempo en el que nos hemos conocido íntimamente, tan a fondo, de ser sincera con usted.
Respeto su garra, su fama, su llegada a la gente. Admiro su espontaneidad, su capacidad de adaptación. Gracias a eso es que pudimos llegar tan lejos.
Usted ha logrado ampliar el mercado, buscando nuevos horizontes, perfeccionando diariamente las estrategias con inteligencia, esquivando las trabas que aparecieron en el camino con envidiable pericia. Todo eso requiere de un gran esfuerzo. Suyo y de nuestro inmenso equipo.
Es normal que últimamente se sienta con menos energía. ¿No le parece que sería hora de tomarse un descanso? Reconocer el momento de frenar también es sinónimo de grandeza.
No me malinterprete, por favor. No pretendo interponerme entre sus impulsos y sus metas. Pero creo que, como su mano derecha, tengo la obligación de cuidarlo en primer lugar y, en segundo, de cuidarme a mí misma, señor.
No sé si se habrá dado cuenta, pero su incansable voluntad y su deseo de llevarse al mundo por delante nos está exigiendo a tal grado, de arrastrarnos al límite de nuestras capacidades. Veo las ojeras de mis compañeros, siento el agotamiento propio y me pregunto si no habrá sido ya suficiente.
Nos instauramos, crecimos, estamos en boca de todos. Entonces, disfrutemos lo alcanzado y… ¡vayámonos de vacaciones!
Escuché, por ejemplo, de unos vehículos con los que se puede dar vueltas alrededor del planeta. Una escapada al espacio suena interesante. Quizás ahí podamos combinar ocio y trabajo. ¿No le parece? No creo que nos sea dificultoso conseguir lugar. Sólo es cuestión de activar algunos contactos; usted me entiende.
Escapemos juntos de esta locura. Quiero evitar que, por la ambición desmedida de nuestra empresa, terminemos perdidos a causa de las drogas.
Disculpe mi atrevimiento. Sabe que estoy a su disposición para lo que necesite y más. Esta noche le peino con gusto y en privado las espículas.

Le saluda atte.

Proteína S.
Asistente Personal del Sr. Sars Cov II / Área de Propagación y Desarrollo

Esta entrada tiene 10 comentarios

  1. Maria Gabriela

    Sra escritora suprema. Que poder decir de sus escritos. Son geniales. Con muy poco decis mucho y la trama es espectacular. Ni hablar de los finales, sorpresivos. Siga con esa luz de inspiracion que nos hace felices a todos.

  2. Cuando pensaba que estabas escribiendo sobre Elon Musk o Amancio Ortega vas y te descuelgas con ese final… ¡y encima me has hecho buscar “espícula” en la wikipedia!! 😅 ¡Absolutamente genial!! 👍🏻

  3. Analia Procaccini

    Que genia!! Inesperado final…
    “Admiro su espontaneidad, su capacidad de adaptación, su capacidad de buscar nuevos horizontes Señora Marcela”.. jajjajjaj Cariños

  4. Cecilia

    Ja, ja, qué bueno!! no esperaba ese final!!!

  5. Mafa

    👏👏👏 Tan brillantemente genial como Mu y sus deditos mágicos 🤩🥰😉

  6. Marisel Colautti

    Es muy bueno! Es un excelente relato para empezar una clase de virología. Felicitaciones!

    1. Alicia Eschoyez

      Solo a tu cabecita hermosa se le ocurre esta historia felicitaciones !!me encantó!!!!

  7. Ana Giordano

    Muy bueno!!!! Me sorprendió 🤭🤭👏👏

  8. Rominete

    Excelente!!! Con un final totalmente inesperado, que provoca una risa, también algo nerviosa.

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